martes, 5 de agosto de 2008

Ex and the pity

Yo soy la primera a la que le molesta introducir palabras inglesas en una conversación en español al no dar con su correspondiente al instante. Y sin embargo, no lo pude evitar. Alguno que otro me tacharéis de pedante o de lo que sea, pero lo que me vino a la cabeza nada más salir del cine fue muy concreto. Y en inglés.

OUTRAGEOUS!

(Que vendría a ser algo así como intolerable.)

Lo siguiente que me sobrevino fue un título. Igual de crítico, 100% adecuado a mi modo de ver: EX AND THE PITY. “Ex”, por lo que fue y no es. Y “pity” por la lástima de haber dado un final tan pobre a una serie que tanto merecía. Supongo que esta aclaración resulta innecesaria, pero por si a alguien se le escapaba… En efecto, me estoy refiriendo a la película de Sex and the city. El título lo decía bien claro: SEX and THE CITY. Y en esa peli, ni sex, ni the city. Eso sí, exageraciones, tintes melodramáticos, sentimentalismos y demás aspectos habitualmente asociados a comedias románticas, todos los del mundo y más. Y por si no fuera suficiente con la puñalada trapera asestada a esos noventa y cuatro soberbios capítulos, añadir que se trata de una muerte lenta y dolorosa. Dolorosa, mucho. Pero lenta… ¡Indescriptiblemente lenta! (Avertencia a los incrédulos: Nada tiene que ver el disfrutar de una maratón 24 h de la serie con resistir estoico a las 2h 30 min que dura la película.)

Parafraseando a Carrie Bradshaw…

Sitting in my apartment, I couldn’t help but wonder: When it comes to second parts… Why do we allow ourselves to hold such high sexpectations? Did they want to make an entertainment piece, or just a torture device? Do we need drama to make a film work? Is it so difficult to say ‘enough is enough’?

Y finalmente, de la propia serie…

Why do we let the one thing we don't have affect all the things we do have? Why does one minus a plus one feel like it adds up to a zero?

Difícil respuesta. Pero es así. No dudo de la reconciliación, pero se hará esperar.

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