viernes, 2 de marzo de 2007

El palomitero de Sangwangsimni

Ya antes de incorporarme en la cama y mirar por la ventana sabía que estaba lloviendo. Lo primero, por el sonido inconfundible de la lluvia. Lo segundo, por la ausencia de otros sonidos cotidianos.

Hoy le quiero dedicar un pequeño homenaje al que, en mañanas de sueño ligero, me despierta con sus rítmicos “¡Pum!”; al que dedica incontables horas a dar vueltas a una manivela; al que deja pequeños rastros de su actividad diaria en los resquicios de las aceras; al que hoy se ha tenido que tomar el día libre por las inclemencias del tiempo.


Señoras y señores, con todos ustedes… ¡El palomitero de Sangwangsimni!





1 comentario:

Anónimo dijo...

Lo digo siempre: me encanta el palomitero de Sangwangsimni... Es que... ¡Es feliz!
Todos por aquí corriendo, y trabajando, para ser más y tener más, para vivir mejor...
Mejor que él? Pacífico, conformado, sonriente...¡Feliz!
Yo también quiero hacer maíz.