lunes, 7 de noviembre de 2011

Ejercicio de sobriedad


Me apetece compartir algo.

No; eso no es del todo cierto.

Me apetece escribir algo.

Sí; eso ya se acerca algo más a la realidad.

Rebusco entre mis escritos a medias.

Recapacito.

Lo mejor será dejar constancia de la sabiduría de otros, y no meterme en camisa de once varas cuando mis pies juguetean ya en sus pantuflas, el pijama se ha impregnado del calorcito del cuerpo, y mi cabeza ha entrado en modo letargo.

Y así me digo: “No pierdas tan bellas ocasiones de callar, como a diario te dará la vida.”

Google me dice que es una frase de Noel Clarasó, y Wikipedia no se explaya en aclararme el cómo ni el cuándo de semejante verdad. Quizá me estén queriendo decir que ya va siendo hora de que me vaya a la cama.

Pues nada; otro día, ¡más!

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