sábado, 13 de febrero de 2010

Bienvenidos a Pekin



Al principio no lo pillé; pensé que se trataba de un simple error de traducción. Y continué andando bajo las banderolas que me daban la bienvenida en diferentes idiomas: “Welcome my friends!”, “Добро пожаловать!”, “Soyez les bienvenus!”, “Herzlich willkommen der Freunden!”, etc. Extraña forma también, la de estos chinos, de saludar a los alemanes. Y en mi cabeza, entre ecos de mi propia risa, seguía resonando “¡Calurosos Bienvenidos!”.
No fue hasta llegar al andén del metro que pude llegar a comprenderlo. ¡No se trataba de un error, ni mucho menos! Esperando a diez grados bajo cero, capté la ironía del mensaje. Fueron esos minutos de espera los que me llevaron a concluir que, en cuanto el verano haga acto de presencia, el cartelito en cuestión será sustituido por el de “¡Frioleros Bienvenidos!”. No sin poca razón. No me cabe la menor duda. Solamente hay una cosa a la que sigo dando vueltas: ¿Les habrá comentado alguien que una coma entre “calurosos” y “bienvenidos” no estaría de más?

No hay comentarios: