jueves, 28 de febrero de 2008

Extrañas reacciones

La conversación ha ido más o menos así:

- “Llevo siglos pensando en llamarte, pero ya sabes, entre unas cosas y otras…”
- “Sí, sí, igual que yo.”
- “Bueno, de hecho llevo con ello pendiente desde el día en que se quemó la puerta aquella de Seúl. No sabes lo que me acordé del viaje. ¡Estaba seguro de haberla visto! ¡Qué bien nos lo pasamos!”

A un lado de la línea, Miky, uno de los cuatro integrantes del asalto a Seúl en los calurosos días de Agosto de 2006; al otro, yo.

A raíz de esto empiezo a rebuscar entre los mails enviados por aquella época, porque estoy segura de haber escrito la anécdota con la que Miky ha identificado la puerta sin problemas. Y… Efectivamente, ¡no lo dejé pasar! Pero ya que hoy lo hemos recordado al teléfono con unas carcajadas, ¡que quede también por escrito! Para los olvidadizos aquí sigue el mail del 25 de Agosto y para los incrédulos… el documento gráfico.

“Hoy, por fin, han caído cuatro gotas, y para un chirimiri que cae, va y nos pilla en la calle. Hemos decidido que para pasar ese pequeño chaparroncillo no había nada mejor como iniciar la búsqueda y captura de un Starbucks (que un poco de influjo occidental ¡no va naaaaada mal!), y de ahí nuestra puesta en marcha sin rumbo. Debo decir a nuestro favor que en las zonas más comerciales, das una patada y, como en todo el mundo, salen un par de Starbucks, tres Dunkin Donuts, otros tantos McDonalds y demás.
Otra puntualización, para que os hagáis a la idea de la situación, es que aquí los coches tienen una preferencia absoluta, y por lo tanto, te salen canas esperando a cruzar la calle en superficie.
Pues estábamos en uno de esos cruces, esperando bajo la lluvia, cuando un coreano pasadito de los 50 me empieza a hacer una especie de signos indescifrables; o… ¡sí! ¿¡Es eso lo que me quiere decir!? ¡Pues parece que sí! ¡Que me metiera debajo de su paraguas! Bueno…Para qué explicar más. ¡No sé quién se ha reído más; si yo, Pilar, Miky y Joan o la gente de alrededor viendo mi cara! El caso es que al final, me he mojado un poquito menos, jiji.”


La única relación con Namdaemun, la puerta que quedó reducida a cenizas hace escasos días, es que esto ocurrió en uno de los cruces que la circundan; pero es que no hay como una buena anécdota para identificar un lugar.


jueves, 21 de febrero de 2008

¿Quién dijo que detuvieras tu camino?

Ha habido momentos para todo entre nosotros. Desde su nacimiento en un frío día de reyes, pasando por su primera rayita contra una roca en la montaña durante su más tierna infancia, sus días de cole y universidad, sus valientes luchas en primera línea contra espadachines de diversa calaña, hasta sus últimos y desconcertantes cambios de humor debido a las idas y venidas por el globo de su infatigable compañera. Tras más de diez años de compenetrada y agradable convivencia, acaba de tener lugar entre nosotros el acontecimiento más temido: mi reloj ha sufrido daños aparentemente irreparables.

Con una lagrimita cayéndome por la mejilla yo me resisto a nuestra separación, mientras las manecillas de la pobre criatura siguen luchando con fuerza contra su jubilación anticipada, así que habrá que hacer lo imposible por que podamos continuar juntos nuestra andadura.
Me voy en busca de un médico que le ponga una escayola. ¡Que diez años no son nada y aún nos queda mucho por ver!

miércoles, 20 de febrero de 2008

Morriña en grandes dosis

Hoy la nostalgia se ha apoderado de mí. Nostalgia de miles de sensaciones. Hoy he revivido momentos de incertidumbre de hace dos años. Hoy me he puesto delante de un reducidísimo grupo de estudiantes para intentar transmitirles desde un punto de vista humano qué es realmente vivir en Seúl. ¡Qué sensación tan extraña!

Precedida por la presentación de Japón no he podido por menos que volver atrás en el tiempo. En ese mismo lugar estuve sentada yo hace ahora dos años, sabiendo que mi futuro cercano dependía de un profesor de actitud inescrutable. Momentos de tanteo, de preparación, de estudio, de tensión, de larguísimas conversaciones con la familia y amigos, y finalmente, de decepción. Fue la tarde más dura que recuerdo haber pasado en el despacho, sabiendo que Tokio no era mi destino. Forzando una sonrisa poco sentida en su momento pero de agradecimiento de tener un destino asiático que tanto había deseado. Sentimientos encontrados, vaya. Recuerdo con claridad aquellas palabras de consuelo de Ana que en su momento resonaban sin demasiado sentido por mi cabeza: "Si no te han dado Japón, será porque no era donde tenías que ir."

Un año después todas esas sensaciones parecían haberse borrado de mi memoria. Hace un año, en este mismo día a la misma hora, sentía un hormigueo en el estómago por la vuelta a casa. Sí, sí, a casa. A Sangwangsimni. A Hanyang. A Sinchon. Al encuentro de todas las personas que hicieron de Seúl mi casa y de ellas, mi familia allá.

Cuánta agua ha caído en estos dos años. Hoy, además de revivir cierta amargura de aquellos días en Barcelona, he podido rememorar paso a paso todo lo que me sobrevino a partir de ese momento. Y lo único que ha venido a mi mente han sido buenos recuerdos y a mi cara, una sonrisa. ¡Creo que Ana tenía razón!

martes, 5 de febrero de 2008

Proyecto Finiquitado, Carlota



Más palabras, mejor dichas y más sentidas que las que hoy se han pronunciado en la CB-1 de la etsaB serían difíciles de escribir, así que seré muy breve.

Simplemente decir… ¡ENHORABUENA, CARLOTA! Y esto es sólo el principio. ¡Espero que podamos celebrar juntas muchos más éxitos tuyos y de todos!