domingo, 23 de marzo de 2008

Viernes Santo en la ciudad condal

Todos sabemos que el éxito en la búsqueda por Internet depende no tanto de la paciencia como de la pericia para dar con las palabras mágicas.

Pues no debía andar yo muy fina estos días, porque mi objetivo se me resistió como pocos hasta el momento. Acuciada por el inminente fin de la semana santa, dejé de lado la búsqueda virtual para lanzarme a la física. Y es que años de entrenamiento en la escena semanasantera hacen desarrollar a una el olfato al acecho del incienso y el oído a la captura de trompetas y tambores.

El caso es que, con la huída de los autóctonos en busca de nieve y buen tiempo, y la consecuente invasión de hablantes de indescifrables lenguas, la cosa se complicó más de lo esperado. Confusión y desorientación, ante todo, era lo que reinaba; pese a los esfuerzos de los asiduos por imponer silencio. Al final, la experiencia mereció la pena e incluso llegué a ver a la Esperanza Macarena bailando bajo el palio para acercarse al Señor del Gran Poder al ritmo de “¡Guapa!, ¡guapa!”.

¡Cuántas sorpresas me depara esta ciudad! Eso sí, las flores del cristo… Blaugranas, ¡no podía ser menos! Y en palio de la virgen… ¡el escudo de Barcelona!

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